martes, 13 de enero de 2009

El "bisturí" hace milagros

Ella lo niega pero se ha sometido a una intervención de implante de mamas. La primera imagen corresponde a Christina Aguilera, la que ahora las tiene bien puestas, y claro, no son naturales.


Sin embargo, es de las famosas a las que menos se le nota que ha pasado por el bisturí para aumentar considerablemente su delantera. A lo mejor por eso ella ha decidido negarlo, puesto que cuando los periodistas le preguntan se cierra en banda y asegura no haber pasado por quirófano. Además, no es lo único que la cantante no tiene natural, puesto que también se sometió a una rinoplastia, ya que antaño tenía una nariz con un punta bastante abultada.







Es adicta a la cirugía estética, incluso un especialista en cirugía plástica canadiense se atrevió a decir que la actriz se ha hecho tantos tratamientos en su rostro que está cada vez más parecida a un murciélago. Nos referimos a la que se corresponde con la segunda imagen, Nicole Kidman, que se ha gastado en sus caprichitos más de 5.200 euros, una cifra que, sin duda, desde que se hizo pública hasta ahora ha aumentado considerablemente.


Gracias a la cirugía estética su rostro se ha convertido en una cara de porcelana. Tras someterse a una operación de botox, con 41 años de edad posee una frente lisa y ni siquiera no tiene patas de gallo. Además, las malas lenguas apuntan que sus labios carnosos tampoco son naturales, ya que ha aumentado de talla con ayuda del colágeno, así como esa barbilla tan bella que luce.






Por lo menos ella lo reconoce, nos referimos a la celebritie que encarna la tercera imagen, Marta Sánchez. "Aunque todavía soy joven, claro que me hago mis arreglitos. La clave está en elegir a un buen cirujano, y la mía es fantástica”, aseguró Marta Sánchez. Sus senos no son naturales, puesto que se ha reducido y reconstruido el pecho.


Además, también se sometió a un lifting de muslos y a una lipoescultura. Según la cantante, “alguna lipo por aquí, algún retoquito por allá”, aunque se olvida también del un aumento de labios y de la eliminación de la bola adiposa de Bichat. Ahora bien, le ha tocado desembolsar más de 10.800 euros.




¿Qué les parecen estos cambios radicales? ¿Los consideran para bien o para mal? ¿Se gastarían esa cuantía de dinero para ser fiel a la perfección? ¿Creen que para aguantar en ese mundillo la regla de oro ha de ser acudir al bisturí? Tendremos que recordarles que, como dijo Sócrates, “la belleza es un reino muy corto”.

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