martes, 25 de noviembre de 2008

"Carnicería" en quirófano


Tu cuerpo puede ser víctima de una carnicería. El torso que observamos en la foto se puso en las manos de un carnicero disfrazado de cirujáno, el que destrozó no sólo el cuerpo de su paciente sino también toda su vida. Acudió a un supuesto profesional para poner fin a su complejo pero salió del quirófano mucho peor de lo que estaba. Sin duda, pagó caro su capricho.
Diversos casos similares reproducen en este reportaje, el que saca a la luz un tipo de cirugía antiestética que cambia totalmente la vida de los pacientes que deciden someterse a ella. Podemos observar imágenes espeluznantes en las que se hace evidente que las consecuencias que puede llegar a tener esta situación son muchísimo peores que los complejos que pueda llegar a tener una persona. Debe ser duro para alguién -tal y como pone de manifiesto una chica en el vídeo- reconocer que "el daño psicológico es tanto o más que el físico" puesto que ha llegado a un punto en el que los complejos ya no le importan.

Lo que interesa ahora es el daño moral que puede haber provocado esta terrible situación a una persona. La carnicería que ha quedado en su cuerpo cambia su vida, su manera de pensar y, sobre todo, destroza su alma.
Se trata de "agotamiento psicologico", como comenta una joven en el vídeo. Es sobrecogedor escuchar de su propia boca que "dejas de ser una persona para convertirte en una lavadora en la que abres quitas y pones". Eres como una máquina, un aparato electrónico que ya no tiene sentimientos. No dejes que un falso profesional haga de tu cuerpo una carnicería. Admite que un complejo no debe tirar por la borda toda tu preciada vida.

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