domingo, 28 de diciembre de 2008

La belleza está en el interior

La arruga es bella pero para quien la quiera tener. Que se lo pregunten si no a los amantes de la cirugía estética que se dejaron grabar por los reporteros del programa Callejeros de Cuatro. Como podemos visualizar, los pacientes aseguran que este tipo de operaciones “enganchan”, se convierten en una adicción que en algunos casos puede incluso desembocar en una depresión si no sale bien.

Un valenciano de 28 años, Santiago, se ha gastado ya 20.000 euros en sus caprichitos. Lo hace porque se “siente bien”, sin embargo, él mismo se declara sin tapujos como esclavo de la estética, puesto que a pesar de su corta edad ya se ha sometido a seis intervenciones. Santiago habla de naturalidad. ¿Es natural una persona que ha entrado en quirófano para someterse a una gluteoplastia, a una lipoescultura, a una intervención de pómulos, de labios y de pectorales? Juzguen ustedes mismos, aunque es evidente que una prótesis de pectorales está lejos de corresponderse con un músculo pectoral atractivo. Sin embargo, Santiago no lo cree así, por lo que ahora ya va a por “la tableta de chocolate”.

No obstante, Carmen, de 59 años, ha entrado en quirófano no solo por un motivo estético sino también por problemas de salud. Quiere despojarse de sus varices y, tal y como vemos en el reportaje, resulta increíble como van desapareciendo. Por su parte, en búsqueda de la “belleza, Mari Carmen, de 62 años, ha optado por someterse a una intervención sin cirugía para rejuvenecerse la cara. Se trata de un nuevo tratamiento llamado bioplastia y el que, sin más ni menos, le permitirá “integrarse mejor en su grupo de amigos”.

Es que ahora resulta que la cirugía estética hace posible relaciones sociales y pone solución a algunos problemas. Los amigos de Mari Carmen son jóvenes y “gracias a la cirugía estética” conseguirá no sentirse “fuera de lugar”. Sin duda, aquí se impone el todo vale para “integrarse”, puesto que, según apunta, se opera para “tener todavía la compañía de sus amigos”. Se trata de disfrazarse, de esconderse tras una mascara que no le pertenece y cuando ésta fracasa tiene lugar la hecatombe.

Eso le ocurrió a Paula, que se sometió a una operación de elevación de mamas que resultó un fiasco. Para solucionarlo, seis operaciones en cuatro años que ya no sirvieron para sacar a la chica de la depresión que padecía. En medio de la desesperación, tuvo que dejar a su pareja por no sentirse “a gusto” con ella mismo.

No espere a ser la próxima víctima y rodéese de amigos de verdad. Recuerde que, como dijo William Congreve, en la verdadera belleza, como en el valor, hay algo que las almas mezquinas no pueden atreverse a admirar. Sin duda, la belleza “está en el interior”.

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